Un 50% de mayor eficiencia en la recuperación de este subproducto obtendrá Codelco de confirmarse a escala industrial los logros de su proyecto “Opti-Moly”. La innovación es parte de la estrategia de creación de valor que una planta propia en Mejillones, la que tendrá su puntapié inicial en el año 2016.
Por Alfredo Galleguillos C. // Fotos: Codelco
Con el símbolo Mo, el molibdeno es un metal que no existe en estado puro en la naturaleza. Siempre aparece asociado a otros elementos, como los minerales sulfurados de los cuales también se obtiene cobre. Además, atrae por cotizarse más caro que el cobre. Sus aplicaciones consisten en ser materia prima para aceros especiales y algunas aleaciones a las cuales aporta resistencia a la temperatura y corrosión, mejoras en conducción eléctrica, fortaleza y durabilidad. Por ello, el molibdeno resulta clave en el desarrollo de infraestructura de países emergentes o con proyectos importantes en la mira, ya sea en el corto, mediano o largo plazo.
Otro detalle: Chile es el tercer productor mundial de molibdeno metálico. La mayor parte se exporta al mercado asiático, especialmente siderúrgicas chinas, mientras que un reducido porcentaje se destina a las acereras locales, como CAP y Gerdau Aza.
Actores relevantes
Según datos entregados por la Comisión Chilena del Cobre (Cochilco), en 2014 la producción de concentrados de molibdeno fue de 48.770 toneladas, con un aumento de 25% respecto de 2013, principalmente explicado por la mayor producción de Codelco.
Pese a ese aumento, Sergio Hernández, vicepresidente ejecutivo del organismo, detalla que en los primeros cinco meses del presente año la producción registró una caída de 8,4% respecto del mismo periodo del año previo, alcanzando las 18.210 toneladas métricas de concentrados de molibdeno.
“Tradicionalmente los principales productores de molibdeno son Codelco -con poco más del 60% de la producción-, Los Pelambres (16%) y Collahuasi (13%), mientras que el resto se reparte entre AngloAmerican y Valle Central”, dice.
Adicionalmente, en 2014 entraron en producción dos proyectos cupríferos que generan como subproducto molibdeno: Sierra Gorda y Caserones. “A la fecha estos proyectos han generado aportes poco significativos, pero cuando alcancen su producción de diseño permitirán al país aumentar la producción a poco más de 65 mil toneladas a partir del año 2016”, anticipa Hernández.
Tendencia de precios
Durante 2014 las exportaciones de molibdeno totalizaron US$ 1.770 millones, año en que el precio promedio del molibdeno alcanzó US$ 11,3 la libra, esto es una baja de 10,2% respecto de 2013. Al primer semestre de 2015 el precio promedio del molibdeno se situó en US$ 7,93 la libra, con un retroceso de 32,2 % respecto del mismo periodo de 2014.
“Al igual que muchos productos mineros, el precio del molibdeno está
atravesando un ciclo de ajuste a la baja, ciclo que se inició el primer semestre de 2009. Cabe señalar que el precio promedio al primer semestre de 2015 se encuentra por debajo del promedio de los últimos 35 años. En el periodo 1979-2014 se registró un promedio de US$ 9 por libra”, asevera el titular de Cochilco. Acota que este ciclo está asociado a expectativas de superavit mundial de molibdeno entre los años 2016-2020, pero también a la desaceleración de la demanda china, que representa del orden del 37% del consumo mundial.
A su vez, el académico e investigador de la Universidad Católica, PhD Alvaro Videla, expone que “la baja en el precio del cobre arrastra a todos los commodities en general. El cobre es considerado como un indicador de la salud de la economía mundial, incluyendo al acero y al molibdeno, obviamente”. Añade que en Chile se quedan volúmenes poco significativos de molibdeno, ya que solo figuran como clientes CAP Acero y Gerdau Aza. El destino principal de este subproducto metálico está en las siderúrgicas en China.
Correlación de costos
Según datos del experto, la caída del molibdeno durante 2015 desde US$9/libra a US$7/libra, representa un impacto relevante para un subproducto. “Eso es mucho. En junio del año pasado estaba a US$14, es decir, hoy vale la mitad”, señala.
En este sentido, sostiene que “el envejecimiento de los minerales de cobre y las menores leyes también afectan la productividad del molibdeno. Aunque también depende de la eficiencia de las plantas donde se elabora. Un ejemplo concreto es Valle Central, minera que se vio forzada a cerrar su planta de molibdeno por la caída de los precios”. La razón es simple: “el costo de elaborar este subproducto no permite obtener un retorno”, añade el profesor Videla.
Coincide el titular de Cochilco, quien subraya que, al igual que la ley de cobre, en la medida que se profundiza la explotación de los yacimientos, la ley del molibdeno también desciende, lo que ocurre en la mayoría de los casos. Existe una correlación directa entre la ley del cobre y del molibdeno”.
Codelco y Molyb
“No solo de cobre vive Codelco”, parece ser el leit motiv de la estatal. Desde inicio de esta década, estableció directrices para establecer caminos que
permitieran la subsistencia en términos de rentabilidad y competitividad de sus divisiones. Uno de los pilares de ese plan consistió en diversificar sus áreas de negocios para aumentar el valor agregado de sus procesos.
Una fuente corporativa expresa que “el crecimiento de la producción de molibdeno está asociado al desarrollo de los proyectos estructurales de Codelco. Se trata de la cartera de inversiones más grande de la historia de la empresa y con el desarrollo de dichos proyectos, Codelco proyecta llegar a duplicar su producción de molibdeno”.
En este escenario, rentabilizar la producción de subproductos fue una línea estratégica, que recibió el apoyo de la alta dirección ejecutiva y, a su vez, contó con el “vamos” para viabilizar financieramente las iniciativas relacionadas. Principalmente, los pilares fueron dos: una planta propia para procesar el concentrado de molibdeno de sus divisiones y desarrollar innovaciones que incrementen las tasas de recuperación de Mo en los procesos.
El molibdeno se obtiene tras el proceso de flotación en forma de concentrado de molibdenita, el cual contiene impurezas y alto porcentaje de cobre. Para convertir estos concentrados en productos comerciales se requieren procesos adicionales de lixiviación y tostación.
Con el fin de contar con capacidades propias de conversión y, al mismo tiempo, diversificar la cartera de productos, Codelco decidió el año 2012 llevar a cabo el proyecto de construcción de la planta molibdeno en Mejillones, que operará a través de su filial Molyb. Permitirá, además, recuperar el renio contenido en los concentrados de molibdeno.
“Actualmente, el proyecto Molyb se encuentra en su fase de construcción, presentando un avance cercano al 50%. El inicio de la operación se realizará en etapas diferidas para las diferentes unidades, comenzando por la línea de óxido de molibdeno hacia mediados del año 2016”, acota la fuente corporativa de la minera.
Según expertos la sola entrada de la planta Molyb de Codelco “aumentará la oferta nacional de tostación en torno a un 20%, lo que incrementará la competencia por los concentrados de molibdenita, lo que podría disminuir las tarifas de maquila”. “Esta nueva planta tendría un impacto relevante, especialmente en los gastos de tratamiento que actualmente cobra Molymet”, agregan.
50% más molibdeno
Para apoyar este esfuerzo por mejorar la productividad del molibdeno con innovación, Codelco también buscó en los centros de investigación más avanzada del mundo, como Alemania. Para ello se asoció con organismos especializados, entre ellos el Helmholtz Institute Freiberg for Resource Technologies (HIF).
En una reciente visita a Chile, el español Raimon Tolosana-Delgado, experto del
Departamento de Modelación y Valuación del organismo alemán, dio cuenta de algunos proyectos conjuntos con compañías latinoamericanas, entre ellas, Codelco, por intermedio del centro de investigación IM2.
Tolosana-Delgado explica el origen de la iniciativa, que lleva el nombre de “Opti-Moly”. El científico recalca que Chile, “siendo el tercer productor de este recurso mineral, sorprende porque el nivel de recuperación del molibdeno no es realmente eficiente al compararlo con los estándares internacionales”.
Con certeza, agrega, hay capacidad de extraer valor sin modificar el beneficio por cobre, así que el HIF diseñó un proyecto para diagnosticar los factores que causan la pérdida de molibdeno; segundo, identificar maneras para mejorar la recuperación de la molibdenita, y finalmente estudiar la posibilidad de que pueda haber una recuperación terciaria del subproductos en las escorias de los procesos metalúrgicos.
“No puedo entrar en detalles de las conclusiones”, se apura a aclarar el científico. Pero entrega pistas sustantivas. “Hay una serie de factores primarios que inciden en la pérdida de la molibdenita, fundamentalmente en la liberación, el tamaño y forma del grano, que es uno de los aspectos sorprendentes, lo cual ofrece un mejor nivel de control para la recuperación”, especifica.
El representante del Helmholtz Institute Freiberg for Resource Technologies asevera que “se ha implementado una opción a escala de laboratorio que nos permite recuperar una magnitud 50% más alta de molibdenita que en los procesos convencionales”. Una gran noticia, por donde se mire.
Añade que los resultados han sido tan auspiciosos que lograron extender en seis meses la financiación del proyecto, así como establecer las bases para avanzar en el estudio de dos iniciativas adicionales en conjunto con Codelco.
Nuevos reactivos
Desde Codelco, la fuente corporativa subraya que las innovaciones en el proceso de recuperación de molibdeno, en general, poseen un potencial acotado. “Son procedimientos estandarizados en la industria, porque el mercado de este mineral es muy reducido”.
Al respecto, el profesor Alvaro Videla afirma que el espacio para mejorar es bastante amplio, especialmente en las etapas de flotación de los sulfuros. “Hay mucho espacio para disminuir las pérdidas de molibdeno”, señala el investigador especialista en procesos metalúrgicos.
Una de las oportunidades radica en la etapa de concentración de molibdeno. “Hay ineficiencias debido a la dificultad de controlar las reacciones. Por otro lado, esto hace poco rentable el negocio debido a lo caros que son los reactivos”, explica. Y añade que, “por lo anterior, resulta interesante buscar alternativas para reemplazar los reactivos que intervienen en el proceso”.
40% para mejorar
En paralelo, plantea que debe haber una mejoría en el sistema de control, de manera de reducir las variaciones y facilitar que el layout sea menor. “Con un layout más pequeño, pero más eficiente, la rentabilidad del proyecto aumentaría”, asevera el profesor Videla.
Según datos provistos por el académico, “la tasa de recuperación de molibdeno alcanza 62%, lo que implica que un 38% llega a los relaves. Bastante menos efectiva que el proceso de recuperación de cobre, que llega a 90%”.
Para hacerse cargo estas problemáticas, Codelco ha innovado en los sistemas de
control. En este sentido, “la planta (Molyb) operará con un sistema de control distribuido de la empresa ABB, que permitirá realizar un monitoreo y un control remoto e integrado de la totalidad de la planta, que se hará desde un centro de control Integrado de operaciones”, señala la declaración de Codelco. “Se trata de tecnología e innovación aplicada, lo que hará que este proyecto sea uno de los más competitivos de la industria”, apuestan.
Qué es el Molibdeno
Su nombre proviene del griego 'molybdos' que quiere decir 'parecido al plomo', y hace referencia a su aspecto gris oscuro. Aunque se supone que en tiempos antiguos eran conocidas algunas de sus propiedades, este elemento fue identificado recién a fines del siglo XVIII.Pasó un siglo antes que fueran conocidas las ventajas de su uso en aleaciones de acero. Durante la Primera Guerra Mundial, cuando la demanda de tungsteno casi agotó las existencias, este metal fue reemplazado con molibdeno y eso detonó su uso comercial.
Productor mundial
Según el Anuario de Estadísticas de Cochilco, la producción de molibdeno sumó 48,8 mil toneladas en 2014, lo que posicionó a nuestra industria en el tercer lugar del ranking global, liderado por China (132 mil ton) y Estados Unidos (65,2 mil ton). En el mundo, el año pasado se produjeron 304,5 mil toneladas. Lo anterior representa que el molibdeno chileno significó el 16% de la producción agregada.
Texto basado en artículo publicado en Minería Total, octubre de 2015.
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